domingo, 31 de mayo de 2009

Dijo Luis Felipe Noé:

Dijo el artista plástico Luis Felipe Noé, de Vanguardia y renovación estética. Asociación Amigos del Arte (1924-1942): "Es un libro necesario".

Crítica de la escritora Gabriela Urrutibehety

Crítica de Gabriela Urrutibehety para la presentación del libro Vanguardia y renovación estética en la Villa Victoria, Mar del Plata, 24/01/2008

"José Ortega y Gasset decía que la claridad es la cortesía del filósofo y ese es uno de los méritos del libro de Verónica Meo Laos, Vanguardia y renovación estética. Asociación Amigos del Arte (1924-1942). El libro de Verónica "se deja leer", es decir, entra en una relación amigable con el lector y ésto, creo yo, es una de las cuestiones a discutir. Desde algún lugar académico estas palabras pueden sonar más que nada a insulto, relacionando lo amigable con lo fácil y lo abstruso, con lo profundo. Repitiendo un refrán popular, 'que no es lo mismo ser profundo que haberse caído en un pozo', el libro de Verónica evita la tentación de la oscuridad sin que eso signifique abandonar el rigor académico de una investigación de años, realizada sobre material virgen, como son los archivos de Elena Sansinena de Elizalde, conservados en Dos Talas. El trabajo sobre ese material, su organización, su puesta en contexto y relación con la historia del arte argentino entre 1924-1942 que implican la materia prima que culmina en Vanguardia y renovación estética, lo que le permite a Verónica poner en papel un elemento imprescindible para el estudioso del arte, pero, con una voltereta especial: al alcance de todos. Que era el subtítulo del libro Espantapájaros, del poeta Oliverio Girondo, un transeúnte que asoma en los renglones de este libro.

Entonces, como decíamos, el otro mérito de Vanguardia y renovación estética está en el hecho de ser el resultado de un trabajo que, desde el campo académico se reclamaba: cuál fue el papel de la Asociación Amigos del Arte en el mundo artístico argentino de las primeras décadas del siglo pasado. Los archivos de Dos Talas analizados y puestos en contexto por Verónica permitirán, sin dudas, el avance de las investigaciones especialmente sobre la plástica argentina, y atisbar cuestiones sobre otras ramas del arte por las que la Asociación demostró interés y generó espacios para que se concretaran. Y al público lector común no le va a estar vedado iniciar una tarea de conocimiento sobre una rama de la historia argentina que muchas veces suele quedar relegada al gabinete de los expertos. En estas épocas en que asistimos a un debate que enfrenta divulgación científica y ciencia, el libro de Verónica se sitúa en un difícil punto medio entre rigor y amenidad, a partir de su carácter de producción liminar que se plantea abrir el juego e iniciar el camino.

Pero además, quiero resaltar la importancia del lugar desde el cual Verónica se propone jugar el juego. La investigación no es un camino fácil, y mucho menos en soledad, esto es, fuera de los ámbitos académicos habituales de circulación científica. Verónica emprende la tarea ardua aquí nomás, a la vuelta de la esquina, en Dolores, donde no se cuenta con centros de investigación, con bibliotecas especializadas, con acceso a fuentes y recursos. Verónica, desde este lugar, se mueve y con ella moviliza el ánimo y la actitud de todos los que estuvimos en contacto con ella mientras realizaba su investigación. La de Verónica, en este sentido, es la actitud del pionero, de movilizador, del que nos hace bien a todos los demás que podemos ver que desde aquí también se puede ser partícipe de los debates culturales y la producción del conocimiento.

Y, en este sentido, una de las cuestiones más apasionantes cuando se estudian las vanguardias esetéticas de las primeras décadas del siglo XX, pasa por la vinculación entre clase y producción artística, al punto que, hablando de las vanguardias literarias contemporáneas a las que trata Verónica, se las ha tildado de 'revolucionarias en el arte y conservadoras en política' ¿Cómo eludir el hecho de que la promoción de los artistas nuevos, de los estilos más arriesgados, de las propuestas más audaces hayan estado solventados y apoyados por miembros de la élite dirigente patricia de la Capital? Es magnífica la transcripción que hace de la anécdota de María Rosa Oliver mirando pasar las tropas de Uriburu que iban a iniciar el primero de los golpes militares en nuestro país, mientras la modista se empeñaba en arreglarle el ruedo del vestido que le estaba probando. O cuando se pregunta qué habrán pensado las señoras revestidas en pieles y joyas frente a alguna conferencia de avanzada, como la de Siqueiros.

De esta manera, se traslada a la Asociación Amigos del Arte y a su principal promotora, Elena Sansinena, lo que desde hace años, algunos lugares de la crítica vienen planteando sobre Victoria Ocampo y su grupo Sur. Por lo pronto, el libro de Verónica equipara ambas figuras, aunque otorga a la primera un disgusto por la figuración pública que Victoria disfrutó de otra manera (y le jugó en contra en algún momento, también). El libro se plantea y sobrepasa el dilema que ve a estas figuras como niñas ricas dedicándose a un juguete costoso, como es el de contratar conferencistas o colgar cuadros de artistas desconocidos.

Es que el debate sobre las relaciones arte y dinero, arte y clase, arte y promoción cultural, arte y política no son cuestión menor y, como dice en el capítulo final la autora "tanto ayer como hoy, aquellos que se consideran legítimos custodios del buen gusto se acercan al arte buscando prestigio [...] En la actualidad, las empresas evalúan su participación en actividades culturales como parte de una política para impactar en la opinión pública o para eludir la impresión negatia que suele provocar en la sociedad el afán de lucro".

Repasar las nociones de mecenazgo, de utilidad del arte en la sociedad capitalista, de la oposición del arte por el arte frente al arte comprometido, del papel del Estado en la promoción de las expresiones artísticas, del valor de los bienes culturales de una sociedad periférica y de la posibilidad que éstos brindan para no serlo, deben dejar de ser discusiones intelectuales, simno motivo de debate político intenso. Qué se hace con el arte y los artistas, qué modelos se proponen para su inclusión o exclusión, cuáles son los criterios que guían el gusto común o el de la avanzada contestataria no son temas secundarios ni exclusivos de especialistas a la hora de pensar un país y su proyección.

El libro de Verónica expone una serie de puntas sobre estas cuestiones y es de esperar que el éxito sea su compañero".

Escribió La Capital de Mar del Plata

Crítica publicada el 25/11/07 en el suplemento de Cultura de La Capital

Un libro esclarecedor en torno a un período del arte argentino, un trabajo genuino de investigación por la profesora Verónica Meo Laos, colaboradora habitual del suplemento de Cultura. Merced a una beca otorgada por el Fondo Nacional de las Artes, nos ilustra la autora, este libro pudo publicarse. Pero considero que lo mejor es ir al prefacio de Verónica Meo Laos para una información precisa y veraz:" Antes que nada, cabe señalar que la trama artística y cultural de la década de 1920 donde se inserta la actividad de la Asociación Amigos del Arte, dada su riqueza y singularidad, ha sido atravesada por diferentes estudios. En particular aquí se retoman los trabajos realizados por Luis Alberto Romero, Beatriz Sarlo, Alejandro Cattaruzza, María Teresa Constantín, Diana Wechsler y Marta Campomar, entre otros". En buena parte del libro, la autora inserta una cantidad apreciable de fotos, que nos acercan a los hacedores de esta Asociación Amigos del Arte, a lo largo de nueve capítulos de sólida didaxis. Al final, una extensa bibliografía y una tabla de fuentes, le darán al lector y/o investigador del arte argentino, la importancia insoslayable de esta publicación y del denodado trabajo de Verónica Meo Laos, que arroja luz sobre pormenores en la materia, conformando una suma histórica realmente valiosa.

Escribió Soledad Vallejos en el suplemento "Las 12"

La periodista Soledad Vallejos escribió en el suplemento, "Las 12" de Página 12 el 21/11/08:

"[...]Desdibujada por años de silencio, por al escasez de documentos, la terquedad de Sansinena de Elizalde (quien, en 1942, se recluyó en la estancia Dos Talas y, al comprender que era imposible continuar con el trabajo, reaccionó con un gesto adafalconesco: decidió no volver a Buenos Aires ni dar entrevistas sobre la Asociación ni sobre ella ni nada) y las consecuencias propias de haber ocurrido en una época donde la máquina mediática no estaba ni aceitada ni aseguraba trascendencia, la tarea de Amigos del Arte sólo había conocido, hasta ahora, un intento serio de rescate (Vanguardia y renovación estética, de Verónica Meo Laos, ed. Ciccus, 2007)".

Crítica firmada por María Rosa Lojo

Crítica firmada por María Rosa Lojo, Revista ADN, sábado 9 de febrero de 2008

La autora aborda aquí un tema poco transitado en la historia de la cultura argentina: la unción de sociedades como "Amigos del Arte" en la vida artística e intelectual de una década clave. La personalidad de su fundadora, Elena Sansinena de Elizalde, algo opacada por la de su contemporánea y amiga, la brillante Victoria Ocampo, es rescatada aquí en su vasta obra de gestión cultural y en sus interesantes facetas de carácter.

Con un estilo ágil y un importante bagaje documental (epistolarios, material iconográfico), Meo Laos contextualiza la aparición de "Amigos del Arte", describe las etapas de su obra, y se pregunta por las razones de su cierre y ocaso. Viajeros ilustres e intelectuales vernáculos son convincentemente presentados con el atractivo de una fundamentada crónica que enhebra recursos de la historiografía y el periodismo.

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Dolores, Buenos Aires, Argentina
Licenciada en Ciencias Sociales y Humanidades

Libro Vanguardia y renovación estética. Asociación Amigos del Arte (1924-1942). CICCUS, 2007

Libro Vanguardia y renovación estética. Asociación Amigos del Arte (1924-1942). CICCUS, 2007
Diseño de tapa: Florentina De Bonis